GRUPO DE SOLIDARIDAD ACOMPAÑAR LA VIDA
Somos un grupo de personas, vinculadas a la Parroquia de San Jacinto de Triana que, desde la reflexión y la toma de conciencia de problemas de nuestro entorno, como son el paro, la precariedad laboral, la soledad de tantas personas mayores, etc. nos vemos con la necesidad de hacer algo (aunque sólo sea una gota de luz, una gota de agua vivificante) y de concienciar a toda la Comunidad de la urgente necesidad de buscar soluciones dignas a tantas personas. Es un ACOMPAÑAR LA VIDA...
sábado, 23 de marzo de 2024
sábado, 30 de septiembre de 2023
MÁS CERCA DEL CIELO
FRAY EMILIO GARCÍA OP
Fray Emilio Bautista García Álvarez nació el 16 de octubre de 1942 en Sueros de Cepeda (León), profesó en la Orden de Predicadores el 1 de octubre de 1959 y fue ordenado presbítero el 19 de marzo de 1967.
Hombre muy estudioso, logró
licenciaturas en Ciencias de la Educación,
Filosofía, Teología; diplomaturas en Liturgia, Antropología y Lengua Francesa;
además de gran conocedor de la historia de la Iglesia. Lo cual le llevó a tener
una larga actividad docente en varias Escuelas y Centros.
En sus últimos años, ha sido el
superior de la Comunidad de Dominicos de Sevilla. Y si bien (desde 2016) su
residencia era en el Convento de Santo Tomás, a Fray Emilio lo hemos podido
escuchar y disfrutar también, en cercanía, muy habitualmente, en la Parroquia
de San Jacinto.
Para
mí, sus celebraciones tenían siempre un “toque especial”: además de sus
valiosas homilías con un talante reflexivo, sabía hacer de la Celebración de la
Eucaristía todo un SIGNO SACRAMENTAL (¡se le notaban sus conocimientos de
Liturgia!), cuidando los signos litúrgicos y siempre consagrando para la
Comunidad celebrante, no sólo para él (que en otras ocasiones vemos), haciendo
de la “Co-munión” todo un Sacramento (signo visible); algo a lo que yo le doy
bastante importancia.
Pero es que, a sus 81 años, aún
estaba muy lleno de energía para ser favorecedor de que en la Iglesia vayamos
recuperando la interioridad.
En fin, este fraile mantenía un
espíritu abierto, dispuesto al diálogo… ¡Cuántas lecciones nos deja para
aprehender!
Gracias, fray Emilio. Fue un
gusto y un honor haberle conocido. Descanse en Paz.
Y le dedico uno de mis poemas:
De estar tan cerca del Cielo
te has manchado de arco-iris.
De estar tan cerca del Cielo
te has cargado de alegrías.
De estar tan cerca del Cielo
te has llenado de esperanzas.
De estar tan cerca del Padre
eres como nube clara:
llevas paz entre tus manos.
De estar tan cerca del Cielo
te has manchado de arco-iris.
De estar tan cerca del Cielo
te has vuelto un hombre de
bien.
De estar tan cerca del Cielo
te has hecho luz y colores.
De estar tan cerca del Hijo
brillas como un gran lucero:
tienes ganas de Justicia.
De estar tan cerca del Cielo
te has manchado de arco-iris.
De estar tan cerca del Cielo
te has contagiado de amores.
De estar tan cerca del Cielo
te has hecho un comprometido.
De estar tan cerca del más
Santo
luces como los todos colores:
sabes de fraternidades.
De estar tan cerca del Cielo
te has manchado de arco-iris.
De estar tan cerca del Cielo
nos aportas Paz y Amor,
nos regalas la Alegría,
nos acercas a lo Eterno.
De estar tan cerca de Dios
traes el Cielo hasta nosotros:
llenas
el mundo de Vida.
José-María Fedriani
sábado, 23 de septiembre de 2023
RESPUESTA A UN COMPROMISO HISTÓRICO
SAN
JACINTO Y…
UN
ACUERDO CUMPLIDO
Conocido
es, por un sinnúmero de personas, que la iglesia de San Jacinto de
Sevilla es un templo católico que se encuentra situado en pleno barrio de
Triana. Y también que dicha parroquia está rodeada de polémicas desde hace
décadas, por su relación no siempre armónica con las hermandades o hasta por el
cuidado y conservación del ficus que tantos problemas ha acarreado desde
hace ya varios años.
Pero lo
que no todo el mundo sabe es: que este templo se construyó en el lugar donde
anteriormente estuvo la ermita de la Candelaria (perteneciente a un antiguo
hospital). Posteriormente, ya en el año 1679, los frailes
dominicos vinieron a establecer aquí su convento, bajo la advocación de
San Jacinto.
Desde ahí, se pueden señalar
unas circunstancias históricas que han concurrido en San Jacinto: la Hermandad originaria
de la Candelaria, cede los terrenos de su ermita y hospital a la Orden de Predicadores (Dominicos) por su llegada a Triana.
Así es
que la edificación inicial de San Jacinto se llevó a cabo a
primeros del siglo XVII, gracias al patronazgo de don Baltasar Brun de Cervera,
donde existía aquella ermita de la Candelaria. Los Dominicos,
interesados en establecerse en Triana, se pusieron en contacto con la Hermandad de la Candelaria (propietaria de la ermita), con la que llegó al
acuerdo de la nueva edificación en 1651, con
la condición de que el nuevo
templo ostentara el nombre de Nuestra Señora de la Candelaria y de que su
imagen debería ocupar lugar preferente en el
altar mayor, respetándole los
cultos de su advocación.
Finalizadas las obras, se celebró la primera función el 29 de enero de 1676, quedando consagrado la iglesia bajo la advocación de nuestra Señora de la Candelaria; aunque luego tomó el nombre de San Jacinto, tal como era el deseo de Baltasar Brun de Cervera, relegando, y a veces olvidando, lo anteriormente acordado.
Posteriormente, el
templo se desplomó en mayo de 1730, tras unas
inundaciones; por lo que hubo de levantarlo de nuevo, siguiendo el diseño del arquitecto
Matías José de Figueroa, quedando inaugurado el día 29 de enero de 1775.
Y en febrero de 1810,
las tropas de Napoleón tomaron Triana. Ahí el
convento fue exclaustrado por los franceses, dedicando el convento a
cuartel y almacén de avituallamiento.
Una vez desaparecida la invasión napoleónica, en 1813 vuelven
los frailes dominicos al convento. Aunque en 1835, con la Desamortización de
Mendizábal, queda suprimida la orden, y el convento exclaustrado
y en total abandono.
Sólo décadas después (ya en 1860), la Orden de los Predicadores, empieza reorganizarse, aunque la vuelta no se produce hasta el año de 1907. Entre otras cosas porque al gran convento con hermoso claustro ya le habían dado otra utilidad, teniendo que construir un nuevo convento junto al templo.
Y es en 1966 que el cardenal arzobispo José María Bueno Monreal le otorgaría a esta iglesia el rango de parroquia. Fecha a partir de la cual, las Hermandades allí existentes se plantean la necesidad de buscar una nueva ubicación.
Ahora es una parroquia renovada que vive su fe en Comunidad, como Pueblo de Dios; también con las puertas abiertas y los corazones siempre dispuestos a llenarlos de nombres.
Y, en esa actitud de querer la
armonía, es que ahora recupera para su retablo mayor la imagen de la Virgen de la
Candelaria, recién restaurada que sonríe a feligreses y cuantos paseantes la
vengan a visitar.
lunes, 3 de julio de 2023
PALABRAS CLAVES PARA CREYENTES
LA IMPRESCINDIBLE ACTITUD
Aún en mejor de los
casos de tener LA APTITUD para poder ANUNCIAR LA BUENA NUEVA, tantas veces nos
hace falta tener la ACTITUD adecuada para hacerlo.
En principio,
habría que suponer que todos quienes hemos conocido el Mensaje del Evangelio,
quienes formamos la Iglesia, el Pueblo de Dios, estamos capacitados para amar
sin fronteras; pues sabemos que todos los seres humanos somos hijos del mismo
Padre-Dios.
Admitiendo esto,
hemos de considerar que toda la comunidad cristiana está APTA, tiene la
necesaria APTITUD para ACOGER a toda persona que llega a nosotros buscando ser
aceptada y acogida… ¿cierto?
Pero luego viene la
segunda parte: ¿cuál es nuestra ACTITUD?, ¿estamos dispuestos a abrir las
“puertas” de nuestros grupos, de nuestras ocupaciones y de nuestras agendas
personales…, para dedicarnos a atender a esas personas que vienen a
“desestabilizar” nuestras “áreas de confort” también en nuestras actividades
más espirituales?
Claro que, acaso,
si nuestra disposición no está claramente abierta a responder positivamente a
estrechar la mano del hermano que nos pide
la acogida…, ¿tendríamos que replantearnos si, verdaderamente, hemos
aprehendido el Mensaje de Amor solidario que nos plantea el Evangelio?
Ante todo, la enseñanza
que brota de la fe es: dar razón de nuestra Esperanza.
Dar razón de
nuestra esperanza es VIVIR SABIENDO QUE TODOS SOMOS HERMANOS: que Dios nos
quiere felices COMPARTIENDO VIDA CON TODOS.
domingo, 4 de junio de 2023
CASI UN DEBER...
LA
ALEGRÍA DE VIVIR
Fundamentalmente creo que tenemos
dos maneras de arrostrar nuestra vida: siendo felices o sufriendo nuestra
existencia con amargura y resentimiento…
Yo pienso (lo creo firmemente)
que desde que nuestros padres nos llamaron a la vida, lo hicieron con la intención
de que seamos felices.
Y al pensar en nuestros padres
biológicos, creo que también esa fue la intención de nuestro Padre Dios, primordial
dador y generador de la Vida.
A veces, nos encontramos con
personas que piensan que “hemos venido al mundo para sufrir” o incluso que a
Dios le puede agradar que tengamos una vida de penar, de un “auto castigarnos”
constantemente… ¿Qué sentido tiene?
Una cosa será sacrificarnos por
alguna causa noble, entregarnos esforzadamente por algo que “merezca la pena”;
porque no todo logro se consigue tan fácilmente… Pero eso es bien distinto a
buscar el “sufrimiento” sin causa justificada.
Jesucristo también aceptó el padecimiento y en sufrimiento (hasta lo indefinible) por amor… Pero no por ello (me niego a creerlo) maldijo, en ningún momento, el don de haber recibido la vida humana.
Y el Padre-Dios, siempre compasivo y misericordioso, pero también
cargado de amor por todas sus criaturas, lo que deseó siempre es la salvación
de cada uno de sus hijos ¡y por eso envió a su Hijo a la Tierra, aún
arriesgando que los “poderes injustos” establecidos lo llevasen a morir ¡y de
la manera más cruenta: clavado en la cruz!
Si toda madre, todo padre, siendo humanos (con un amor limitado, por nuestra “deficiencia innata” de un cierto epicureísmo o hedonismo) nos complace ver felices a nuestras hijas e hijos (aún siendo conscientes de que no van a lograr fácilmente todas sus metas)…
¿Cómo no suponer
que el Dios de la Vida, nuestro Padre primero, ha de desear y esperar que
vivamos siendo felices… ¡cada día de nuestra existencia!?
Por eso, de verdad lo creo, ¡tenemos la obligación de ser (de buscar serlo) felices!, manteniendo siempre, permanentemente ¡la alegría de vivir! JMF
sábado, 27 de mayo de 2023
PIES EN TIERRA Y ESPÍRITU ELEVADO
Lejos te tener certezas, sí que,
a veces, en ocasiones especiales… ¡sentimos en lo más íntimo como que estamos
saboreando la experiencia de eternidad!
Hay momentos, ocasiones experienciales en las que cerrando los ojos..., podríamos preguntarnos si es que ¿estamos ya en el cielo?
Sí, creo que muchos hemos tenido vivencias de “cercanía” a lo divino: Acaso en algunas celebraciones, en comunidad, que nos llevan al cielo en la tierra; con los pies abajo, pero con el espíritu bien alto... Y, el corazón nos pide rebosar de gozo ¡dando gracias al Dios de la Vida!
Pero, también hay otro tipo de
celebraciones... (ajenas a la liturgia) que nos llevan, tan ciertamente como
nos puede llevar una oración contemplativa y de cabal adoración a percibir esa
inexplicable sensación de vida presente y eterna: ¡Cielo y tierra...
aunados!
La vivencia de esta noche, con la
ayuda del Coro A Cappella Choir and
Brass Ensemble, de Carolina del Norte, y del Coro Joven de Tomares, nos han
hecho comprender, certeramente, que la música ayuda a establecer puentes y a
unir culturas... Pero también a sentir que, aun estando rodeados de mil
problemas que necesitan solución, también podemos tocar con las manos del alma
un pedazo de ese “estar”, de ese percibir ¡cómo será el Cielo!